Sonia Delaunay
Foto: Elevador Metro Lamarck por Mare.
El primer domingo de mes los museos son gratis en Paris. Este mes es verdaderamente una delicia. Esta todo solo y el clima es perfecto. Mi piso ya no esta en una zona turística invadida de amantes de Lautrec, el molino rojo y las sex shops de pigalle. Comparto mis mañanas con africanos, chinos, marroquíes, parisinos excéntricos y artistas que no soportan más el olor a petit-déjeuner y el tránsito de Saint Michel- Saint Germain.
Aproveché la promoción dominical para visitar por no sé que número de ocasión el museo de G.P. La gente intentando respetar un silencio de santuario en una sala de museo es particularmente cómica ya que termina siendo mucho más ruidosa de lo normal. Flashes (supuestamente prohibidos), obturadores, pasos y expresiones populares del inglés seguidas por quejas con odio, hartazgo y desesperación francesas ensucian la atmósfera. Por un momento logré quedar impactada y en completo mutismo. El cansancio y los tacones altos me hicieron correr a sentarme frente a Le Bal Bullier de Sonia Delaunay. Al verlo, olvidé todo lo que me rodeaba. Estuve sola en esa sala,observando;admirando. La forma en la que utiliza el color y la luz me fascinó tanto como sus aportaciones en moda.
Hasta el día de hoy únicamente verte a ti trabajar frente al ordenador dando clicks con la mano derecha, cocinando o caminando hacia mi me habían llevado a sentir de esa forma.
Paradise Circus de Massive Attack se repite millones de veces en mi cabeza, no puedo esperar a verlos de nuevo celebrando mis 25 años a finales de este mes. Tienen algo, me vuelven otra persona. Mientras tanto, el sábado festejamos la llegada de Salvador y Cheto & Co. con una noche en Le Social Club al ritmo de Kavinsky. http://www.myspace.com/kavinsky
