Friday, April 08, 2011

Nunca seguí modas quizás, por eso se estudian…


Desde que recuerdo, nunca estuve en boga. Toda mi infancia fue de cierta forma difícil a causa de cosas tontas que una vez adultos no les damos importancia pero que cuando las vives, te hacen sentir triste. Cuando hablo de cosas tontas me refiero a que cuando todas las niñas del colegio llevaban mochilas en plástico que olía a chicle con diseños de Barbie, princesas y el dibujo animado de moda yo utilizaba un cartable en piel impecable con el cual nunca se arrugaban las esquinas de las hojas y los libros encajaban perfecto sin dejar fuera, el estuche de lápices que hacía juego. En esa época, las niñas llevaban estuches de colores en forma de costureros donde ponían borradores, lápices y crayones también decorados con dibujos animados. Dentro de mi lapicera siempre había un borrador STAEDTLER, dos lápices del #2, un sacapuntas Baco plateado y tres tintas distintas de instrumentos para escribir de la misma marca del borrador; todos listos para durar toda la vida y brindar la mejor calidad. (Cosas que yo, a esa edad, no podía comprender) Como consecuencia lógica yo resultaba tan aburrida y fuera de moda que nadie quería cambiar el estuche conmigo, así que me limité a evitar lo jueguitos. Afortunadamente se hacía uso del uniforme, con el cual había que llevar zapatos deportivos completamente blancos. Nadie, absolutamente nadie más que yo, los llevaba blancos. Desfilaban en los pasillos BubbleGummers que prendían al caminar en todos los colores mientras que yo caminaba lento con mis zapatillas deportivas completamente blancas, sobrias, duraderas y de altísima calidad. Desafortunadamente, mi escuela resultaba tan "multicultural" y pija que había que llevarlo únicamente dos veces por semana así que las piernas forradas en mallas, los abrigos, los vestidos y el cabello trenzado y peinado no lograban menor contraste en los días restantes. Hoy me da risa un día haber deseado ir a mis 8 años vestida como las demás, como una échantillon barata de gringa zorra al colegio. Así fue pasando el tiempo, no hice fiesta de XV años en el Qiu, ni fui famosa por regalar boletos de la fiesta en todas las secundarias y preparatorias de Querétaro. Celebré en casa con 5 amigas, mi papá me llevó mariachi, flores y días después me mandó de viaje. Finalmente pasé el 31 de agosto de 2001 con 4 cachorros desgreñados del D.F. según yo "a la última" aprendiendo a fumar en Ibiza. No estudié administración de empresas y a mis 25 años no compro cada 15 días un vestido para ir a la boda en turno y además anunciar la mía con un cuarentón. El próximo fin de semana iré a una boda, es la única quizás a la que asista en todo este año que no se realice por seguir una moda, cumplir con la sociedad, por seguridad económica, a causa de un embarazo no deseado, disque deseado, provocado y todas esas situaciones que conocemos y de las cuales no hablamos.

Qué modernos somos todos...